La verdad es que he probado mil maneras. Desde la más tradicional a la más personalizada. La de ahora mismo para ahorrar máximo de tiempo y que sea lo más saludable posible, además de buscar practicidad.
- Diluir la cantidad de matcha individual en una taza de cerámica (según la tradición), con agua caliente (casi hirviendo).
- Remover con batidor hasta que no queden grumos.
- Añadir leche de coco caliente. (Ver cómo la hago)
- Ajustar al gusto temperatura, cantidad de líquido y dulzor (para mí ya no necesita nada más)
¿Y la leche de coco?
- Poner en un vaso de batidora de mano 20 g /2 cs de coco rallado.
- Añadir 200 ml de agua hirviendo.
- Batir con “la túrmix” y colar con colador “no muy fino).
- Con una cuchara estrujar.
Y listo para tomar recién hecha la leche, y con espuma incluida.